domingo, 17 de agosto de 2025

COSTA AMALFITANA EN 5 DÍAS

 Día 1:


Viajamos vía Roma, saliendo del aeropuerto de Madrid a las 9:00. A la llegada a Roma cogemos el tren hasta la estación de Termini y ahí paramos a comer hasta voger a las 14:30 el tren de 2h hasta Nápoles. A la llegada, nos alojamos en nuestro hotel de Nápoles y viendo las calles, de primeras diría que no hemos acertado el barrio, a unos 10 minutos andando desde la estación. Mucha mezcla étnica, con olores a hierbas y pis, mezclados con acumulaciones de basura. Lo cierto es que luego salimos a dar una vlta y recorrer Nápoles andando y ciertamente nos damos cuenta que no es sólo nuestro barrio sino bastante zona del centro de Nápoles donde se divisan cie tos de casas con las fachadas destartaladas, los balcones caídos y sus ropas tendidas colgando por ellos. Con todo y eso, el centro está lleno de vuda, de callejuelas con mucha restauración y tiendas repletas de souvenirs, recuerdos a Maradona y el famosos limoncelo. Otra de las cosas que nos sorprende de su centro histórico es la gran cantidad de iglesias que hay, con parada obligatoria al Duomo. Después de 3 horas recorriendo el centro, llegamos a la Via Toledo y el barrio Quartieri Spagnoli donde elegimos para cenar la Trattoria Donna Tuttina. Después de cenar nos cogemos el metro en la estación Toledo hasta la estación Central o Garibaldi.

Día 2:

Nos levantamos a las 7:00 para, en la medida de lo posible, evitar las visitas en las horas de más calor, y es que hoy nos vamos hasta Pompeya en tren a unos 30 minutos desde la estación central. A la llegada a Pompeya, al ser primer domingo de mes nos enteramos que la entrada es gratuita. Visitamos Pompeya durante 2,5 horas y el calor ya empieza a apretar. Es lugar es impresionante cómo 2000 años después, obviamente con sus restauraciones, se puede comtemplar lo que un día fue una ciudad romana de comerciantes, y que en el año 74 d.c quedó la ciudad y sus habitantes devorados por las cenizas y la lava de la explosión del Vesubio. Preciosas vistas también de éste. A la salida de Pompeya, cogemos de nuevo el tren para llegar en 45 minutos a la ciudad de Sorrento. A la llegada, vamos a comer al restaurante La Lanterna, y después, dedicamos la tarde a callejear y bajar a darnos un baño a la playa. Antes de coger el tren de vuelta de las 19:00, tomamos un Aperol y luego 1:15 h de tren hasta Nápoles central. Desde ahí, vamos a cenar a una de las tantísimas pizzerias del centro. 

Día 3:

Toca levantarse de buevo temprano, a eso de las 6:30, porque hemos contrado una furgoneta con conductor que nos lleve hasta el pueblo de Argerola a las 7:00 para desde allí iniciar el sendero de El Camino de los Dioses. Tardamos alrededor de 1,5 horas hasta llegar a Argerola, concretamente hasta el punto donde nos marca nuestro Wikilocs que empieza el sendero. Allí, antes de comenzar, nos yomamos un café y compramos algo de fruta y frutos secos. Después, comenzamos el sendero. La ruta nos lleva por senderos asequibles, perfectamente marcados y con unas vistas fantásticas de la costa, con un fuente en el primer km y mucho más bajada que subida, algo obvio si tenemos en cuenta que el final de la ruta es en la playa del pueblo de Positano. Cuando ya llevamos unos dos tercios del camino, hay un kiosko en el que paramos para tomar algo antes de continuar la parte final que son los alrededor de 1500 escalones para terminar de bajar a la playa. En total, 6,2 km con un nivel positivo de 123 m. A la llegada a Positano nos damos un baño en el huequito de playa pequeño que dejan para el libre baño, muy típico esto en Italia y despiés nos vamos a comer a la terraza del Restaurante Capricci. Pasamos parte de la tarde paseando y callejeando Positano donde hay tantas y tabtas tiendas con las camisas, vestidos, etc de limones tan característicos de esta zona. A las 18:00 hemos quedado con el conductor de nuevo para vilver a Nápoles, si bien, la carretera de vuelta está llena de curvas y muchos coches, bonita en paisajes por momentos pero pesada con tanta curva a la vez. Nos damos una ducha y salimos a uno de los restautantes de la Plaza Garibaldi. 

Día 4:

De nuevo madrugamos hoy. Esta vez para, coger primero el metro hasta el puerto y allí a las 8:10 el ferry hasta la isla de Capri a donde llegamos en 1h. En Capri contratamos de 10:00 a 12:00 una lancha con patrón para recorrer parte de la costa de Capri, sus grutas y sus calas y nos damos un baño en alta mar en el agua cristalina. A la vuelta al puerto, nos damos un paseo por el centro de Capri y volvemos a coger el ferry de vuelta a Nápoles a las 13:00. Desde el puerto de Nápoles, nos unimos a un tour gastronómico por el Barrio Español, que a mi personalmente me ha parecido que era todo productos muy fritos y creo que hubiera comido mejor una pizza o pasta, pero bueno ha estado bien conocerlo. A las 17:00 cogemos entradas para ver los subterráneos de Nápoles, una atracción con una historia milenaria pero relativamente nueva turísticamente hablando. Nos ha gustado bastante, también gracias a la gran explicación que ha hecho el guía. A la salida, callejeamos un poco por estas calles tan entretenidas de Nápoles y volvemos al alojamiento para darnos una ducha y salir a cenar a la pizzeria Insolito y luego nos quedamos tomando algo por el centro. 

Día 5: 

Check out y viaje en tren rápido (1h) hasta Roma. Como nuestro avión sale desde Roma a última hora del día y que era mucho más barato incluido el tren hasta Nápoles, decidimos pasar el día en la capital italiana. Así que a las 10:30 ya estamos camino en metro por la línea A hacia El Vaticano, pero no nos hemos acordado que los miércoles son las audiencias del Papa en la Palaza de San Pedro y que, o vas a la audiencia pública pronto por la mañana o la plaza luego la tienen cerrada hasta mínimo las 13:00. Así qie allí nos hemos quedado casi 1h esperando a que abrieran la plaza y la visita gratuita a la Basílica de San Pedro. Muchos años desde la última visita al Vaticano, y la espera bien merece siempre la pena. Qué decir de El vaticano de la imponente Plaza de San Pedro y de la majestuosa Basílica de San Pedro. Uan vez dentro, nos lo hemos tomado con mucha calma, visitándolo despacio, y viendo cada uno de sus rincones. A la salida, hemos hecho algo parecido con la Plaza de San Pedro, contemplando las vistas con la tranquilidad que nos habíamos propuesto ya que sólo con visitar El  aticano ya nos dábamos por contentos. Eso sí, el sol apretaba y mucho así que después hemos regresado andando hasta la Plaza Nabona, y ya tarde, sobre las 16:00 nos hemos acabado metiendo a comer en un Mc Donalds. La vuelta hacia Termini, en el bus 87 von primera parada El Coliseo, visto sólo por fuera y luego andando hasta Santa Maria Maggiore, sin casi cola para pasar a visitarla, gratuita también y con la expectación no sólo de su preciosidad interior sino también de la tumba del Papa Francisco que se sitúa en este lugar. Desde ahí a Termini para coger el tren hasta el aeropuerto de Fiumicino. El avión salía a las 22:35 pero hemos acabado saliendo a las 23:30. 

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