domingo, 18 de agosto de 2024

MARRAKECH Y ALREDEDORES EN 5 DÍAS

DÍA 1:

Después de pasar el control de pasaportes para vuelos fuera de la UE, volamos desde la T4S de Barajas a las 10:15 de la mañana. 2 horas de vuelo, y a la llegada, los trámites iniciales que nos toca hacer, como son, pasar el control de pasaportes, y comprar una tarjeta SIM marroquí que nos permita tener internet. La que nos han recomendado para que tengamos mejor cobertura en el desierto es Maroc Telecom. El siguiente trámite ha sido el de contratar un taxi en la ventanilla que indica "official taxi" donde ya te cierran el precio hasta tu hotel, y de ahí a buscar el número de taxi que te han asignado. 15 minutos de trayecto hasta nuestro hotel que nos lo hemos cogido en la zona nueva con piscina para poder aprovechar en algún momento un baño para sofocar el calor. Hacemos el check in en el hotel y nos vamos a comer junto al mismo. Después, pasamos la tarde en la piscina del hotel y a las 20:00 nos recoge un taxi que nos lleva hasta la Medina y la plaza Jemaa el fna. Cenamos en un restaurante en una de las esquinas de la plaza, que se llama Tajin Darna, en fl que probamos el tajín y la pastela. Después nos dan las 00:30 de la mañana caminando por las calles de la medina. 

DÍA 2:

Por la mañana contratamos un guía local para que nos cuente un poco los lugares históricos y las tradiciones de Marrakech. En mi opinión acaba convirtiéndose en 3 horas de guía sobre la grandeza de Marruecos, y lo bueno que es fl islam, y de historia poco, o más bien nada. Entramos también a visitar el Palacio de la Bahía y después nos volvemos a dejar perder callejeando por el zoco y la medina. También el guía local nos lleva a un herbolario, pues lo típico, de un amigo. Nos da la hora de comer, comemos en un restaurante de la medina, después cogemos un taxi que nos lleva al hotel para recoger la mochila que habíamos dejado esta mañana y de ahí a nuestro resort del desierto de Agafay. Escogemos el Emeraude Luxury Camps and Tents. Tardamos en llegar casi 2 horas desde Marrakech porque la carretera, si es que se le puede llamar así, es entre trozos asfaltados y camino de tierra-piedras. A la llegada nos dan un té, nos asignan cabaña, con vistas a la piscina y al este, perfecto para ver amanecer mañana. Tras dejar las cosas en la misma, nos vamos directos la piscina, que nos sienta muy bien después del calor de todo el día. A las 19:30 hacemos la actividad de dar un paseo en camellos durante 1 hora desde los que vemos la puesta de sol. Cenamos tajín en el resort y nos tomamos un té alrededor de la hoguera que preparan.

DÍA 3:

Después de ver amanecer en el desierto a las 6:45, donde la salida del sol parece mucho más intensa, y tras desayunar en el comedor del resort un rico desayuno de sus variedades de panes, nos vamos con nuestro chófer hasta Esauira a donde llegamos casi 3 horas después de dejar atrás el desierto de Agafay y de coger la carretera principal. A la llegada a Esauira, nada que ver el tiempo, aquí la temperatura, hoy, un día de agosto es de 21° y un fuerte viento, por algo es uno de los lugares conocidos de Marruecos para hacer surf. Nos alojamos en un riad dentro de la medina y salimos a comer y después a perdernos por sus calles llenas de tiendas y puestos variados. También paseamos por la muralla, viendo desde arriba romper las olas del mar contra las rocas y la playa que hay junto a la parte antigua. Justo debajo todos los barcos de pescadores atracados y los puestos de pescado (sin hielo, algo que me ha sorprendido mucho) donde los locales van a comprar el pescado. Algunas compras y mucho viento. A última hora de la tarde salimos a cenar en un restaurante local de la medina y después nos vamos a tomar algo a una discoteca local, donde descubrimos el otro Marruecos, el de la fiesta, la música, el alcohol que también toman lo locales en un país musulmán y el de fumar libremente en una discoteca que ya no vemos en Europa, el resto, igual jóvenes divirtiéndose y bailando al ritmo del animado Dj. A diferencia de Marrakech, cuando volvemos de la discoteca a eso de las 1:00 am, ya no quedan puestos y bazares abiertos en la medina. 
 
DÍA 4:

Nos levantamos en el riad y tras desayunar, nos vamos a callejear  la medina hasta las 11:00 que nos unimos a un curso de cocina marroquí junto al riad. Aprendemos a hacer tajín de pescado con todas sus especies y ensalada marroquí, que posteriormente nos tomamos en la terraza. Después, recogemos las mochilas del riad y de nuevo con nuestro taxista nos vamos a Marrakech a donde llegamos tras 3 horas de viaje. Nos volvemos a alojar en el mismo hotel de la primera noche y nos vamos a pasar lo que resta de la tarde al Hamman Ziani. 2 horas de baños, barros y masajes. Si bien creo que puede ser de los más higiénicos y de hecho por su puntuación en cuanto a higiene en google y otras páginas lo hemos escogido, ciertamente hay detalles que están lejos de ser higiénicos realmente. Si no eres escrupuloso con detalles poco higiénicos como usar la misma manopla o peine para distintos clientes...pues digamos que el lugar es perfecto. A la salida, ya de noche nos vamos a cenar junto a la plaza, al restaurante Le Grand Bazar. Después paseo por las calles y plaza. 

DÍA 5:

Después de desayunar, nos vamos en taxi a dar una última vuelta para hacer las últimas compras por los bazares y puestos de la plaza. Después volvemos al hotel a recoger las mochilas e irnos hasta el aeropuerto, pues si bien nuestro vuelo es a las 15:00 (que luego ha acabado retrasándose a las 16:30), vamos preavisados de los largos tiempos que hacen falta en el aeropuerto de Marrakech. Resumo: cola para el control de acceso a la terminal, cola para el cambio de los DH que nos han sobrado a €, cola para que te sellen el boarding pass incluso si no vas a facturar, cola para pasar el control de objetos, cola para pasar el control de pasaportes, y por fin llegas a las puertas de embarque...llegada a Madrid a las 19:00 h. 

GRECIA CONTINENTAL Y ALBANIA EN 8 DÍAS

DIA 1: 

El viaje comienza con el vuelo de Iberia desde la T4 a las 08:40 aunque se retrasa y acabamos saliendo a las 09:30 y llegamos a las 13:40 (1 hora más) a Atenas. Allí recogemos el coche de alquiler a las 14:00. Nos alojamos en un hotel junto a la Plaza de Omonias y tras dejar el coche en un parking por 14 € dos noches, nos vamos en metro hasta la plaza de Monastiraki, y allí, pasadas las 16:00 nos comemos los primeros Gyros. Pasamos la tarde en Atenas, recorriendo el barrio de Plaka, el parque de Ethnikos Kipos, el Templo de Zeus, y Kallimarmaro o estadio de Panathinaikos, que fue el primer estadio olímpico de la era moderna. Cenamos en el ambientadísimos barrio de Plaka, en uno de sus tantísimos restaurantes de comida griega a base de ensalada griega y musaka. 

DIA 2: 

Seguimos un día más en Atenas. Cogemos el metro hasta la parada del Acrópolis y visitamos el Acrópolis a las 9:00 am para evitar las horas centrales de calor y la cantidad de gente, aunque ambas cosas son difíciles de conseguir incluso a estas horas. La cantidad de gente es terrible, si bien hay que decir que si eres paciente y sigues la visita con tranquilidad, puedes encontrar varios sitios desde los que puedes ves el Partenon más despejado y hacer alguna buena foto sin gente. 1,5 horas de visita y de nuevo metro hasta la plaza Sintagma donde hoy, que es domingo a las 11:00 es el cambio de guardia con música. Después descansamos en la plaza a la sombra un rato y volvemos a ver el relevo de la guardia a las 12:00, antes de coger el metro hasta El Pireo. En realidad, la parada de metro de El Pireo, es la ciudad y el puerto de los cruceros, pero lo que queríamos era ir a la playa y comer, pero para eso hemos tenido que coger desde El Pireo un tranvía que nos llevara a la zona de la playa. Allí hemos comido en Edam, un chiringuito pegado a la playa donde con el calor que hacía y sin haber estado atentos a coger bañador, pues hemos alargado la comida hasta las 17:00 h. Después, mojamos los pies en el agua y cogemos el tranvía, T6, de vuelta hasta el centro. Vemos la catedral de la Anunciación de Santa María, la Catedral de Atenas, y luego entramos también a la Holy University Church de la Presentación de la Virgen María, iglesia ortodoxa del siglo XI. Vamos andando hasta el hotel, descansamos un poco y después, salimos de nuevo a cenar por el barrio de Plaka.

DIA 3: 

Salimos de Atenas después de desayunar en una cafetería de la plaza Omonia. Cogemos el coche de alquiler que habíamos dejado aparcado junto al hotel y desde allí hemos puesto rumbo al Peloponeso. Primera parada en el Canal de Corinto, ya con altísimas temperaturas a primera hora de la mañana. Con 6,3 km de largo, 21 m de ancho y 90 m de alto, el canal de Corinto separa al Peloponeso del resto de Grecia continental. Hemos esperado a ver tirarse en puenting a dos personas y a ver pasar un yate, que es lo que te permite hacerte una idea de lo estrecho que es. Desde ahí, nos hemos ido hasta Miceno, yacimiento arqueológico donde destaca la Puerta de los Leones. Intenso calor, pero es sin duda una de las paradas imprescindibles del Peloponeso. Desde aquí, a Epidauro, otras ruinas griegas en las que destaca su teatro. Todas las visitas hemos procurado hacerlas antes de comer aprovechando que en Grecia no hay problemas de horarios para comer, para luego ya ir directamente al pueblo de Tolo donde tenemos el apartamento de esta noche, unos apartamentos muy nuevos Votaolo Tolo. Hemos bajado a comer al restaurante Romvi, en la playa literal, pues la mesa y nuestros pies tocaban directamente el agua del mar. Hemos comido unas ricas doradas. Desde ahí, por la tarde, nos hemos ido hasta la playa Paralia Karathonas, preciosa playa natural con un agua muy cálida donde hemos pasado el resto de la tarde y se nos ha hecho de noche. Nos hubiéramos quedado más tiempo aquí. A la vuelta a Tolo hemos parado en una tienda para comprar tomates, fruta y yogures y cenar en el apartamento y antes de llegar al apartamento hemos pasado con el coche por el centro de Tolo, pueblo con muchísimo ambiente de playa de veraneo. 

DIA 4: 

Nos levantamos en Tolo tranquilamente y cogemos el coche atravesando las montañas del Peloponeso hasta llegar en 1,5 horas al precioso pueblo de Dimitsana. Muy bien cuidado, en medio de las montañas y con todas las casas iguales de piedra. Las vistas también muy bonitas. Hay varios monasterios por su alrededor, pero no nos da tiempo a ir a ellos. Desde Dimitsana seguimos camino de Olimpia pasando por otros pueblos más del mismo estilo las casas y las montañas, y las carreteras estrechas nos siguen acompañando por muchos más kms aún. Llegamos a Olimpia a las 13:30, justo cuando más intenso es el calor. Con todo y eso no somos los únicos que entramos a visitarlo a esta hora. El lugar es muy grande, son muchos metros cuadrados de ruinas y espacio que te llevan a la antigua Grecia. Olimpia es sin duda una visita imprescindible del Peloponeso. Es habitual que la gente se haga la foto corriendo sobre lo que un día, hace más de 2000 años fue un estadio olímpico. Al finalizar la visita, en aproximadamente 1 hora, vamos al centro del pueblo a comer unos gyros y una ensalada griega. Desde Olimpia continuamos camino hasta la ciudad de Patras, justo la última antes de abandonar el Peloponeso. Aquí dormimos esta noche, pero lo que resta de tarde la pasamos en la playa de piedras de Paralia Proastiou, donde nosotros y mucha gente más, se queda a ver la bonita puesta de sol y una vista privilegiada del puente de Río Antirio. Ya hoy no nos sorprende ver gente bañarse en el mar tras la puesta de sol, pero hoy de nuevo la hay. Cenamos en un chiringuito junto a la playa, el Rattan Seaside, y nos volvemos a Patras a dormir. Patras, por cierto, una ciudad fea, decadente y destartalada, se nota que no nos ha gustado nada...lástima que ya no podíamos cambiar el alojamiento hoy, pero hubiéramos dormido mejor en Lepanto, pasado ya el puente. 

DIA 5: 

El día de visitas es largo y los horarios ajustados así que nos levantamos muy pronto hoy, a las 7:20 ya estábamos dejando atrás Patras, para cruzar el puente de Río Antirio y pasar de nuevo a la Grecia continental. Primera parada en el pueblo costero de Lepanto o en griego Nafpakto, y sí, es el pueblo en el que se libró la famosa batalla de Lepanto en la que participó Cervantes y perdió o dejó inutilizada (no lo tenemos muy claro) su mano. De hecho, allí, en el pequeño pero bonito puerto del pueblo, tiene una estatua. Aprovechamos para desayunar en una cafetería frente a las vistas del mar y los varios veleros que fondean frente al pueblo. Apenas han abierto las tiendas, pero ya hay gente bañándose en las playas. Continuamos camino hasta Delfos bordeando la costa por una bonita carretera desde donde no se pierde de vista el mar. Pocos kms antes de llegar a Delfos, dejamos atrás las vistas del mar para dar paso a un paisaje de miles de olivos. Aparcamos en el pueblo de Delfos y caminamos apenas 5 minutos para llegar a los sitios arqueológicos de Delfos. Son las 10:00, pero el calor ya aprieta. Dentro de Delfos, destaca el teatro y el Templo de Apolo. 2,5 horas nos separan de Meteora, con carretera de montaña primero y autovía los últimos 100km. Directos a visitar los monasterios porque por ejemplo el primero que visitamos, El Monasterio del Gran Meteoro, cierra a las 15:00 y hemos llegado a las 14:20. Casi 200 escalones de subida y ciertamente un paisaje y un lugar diferente a otros antes vistos, con vistas desde este monasterio a otros, y una iglesia ortodoxa muy antigua, con frescos, a la vez muy cuidados. Desde este monasterio nos vamos al siguiente más cercano, el Monasterio de Varlaam, con escalones hasta llegar a su entrada, pero más fácilmente accesibles. Es cierto que por dentro nos han parecido muy similares, y ciertamente días posteriores, ya ni recordaremos cuál de los dos tenía qué, pues son realmente muy parecidos. El monasterio que más tarde cerraba era a las 17:00 así que vistos dos por dentro, ya no hemos pasado a ninguno más. Las vistas y el lugar también merecen bien la pena verlas. Cerrados los monasterios, con el calor y el madrugón de hoy, nos hemos ido a descansar al hotel que lo tenemos en el pueblo de Kastraki. Después de una siesta, nos hemos ido a uno de los miradores a ver la puesta de sol con cientos de turistas más, aunque ciertamente diría que me gustó mucho más la de ayer en la playa de Patras. De ahí, a cenar comida griega en el pueblo de Kalambaka

DIA 6: 

Recorremos el trayecto de Meteora hasta Argumenitsa, donde tomamos un desayuno en este pueblo, que tiene mucho movimiento de gente y muy animado y desde el que cogemos el ferry hasta la isla de Corfú. Nuestra idea inicial no era visitar Corfú, pero lo cierto es que es la única forma que hemos encontrado de pasar a Albania para luego poder alquilar allí un coche. El caso es que alquilar un coche en Albania y pasarlo y dejarlo en Grecia sí es posible, caro, pero posible, pero al revés, imposible, ni una sola compañía nos dejó y los billetes de avión ya los teníamos sacados con la ida a Atenas y la vuelta desde Tirana, lo que nos obligaba en cierto modo a pasar a Albania. Buscamos opciones por bus, por taxi privado y ésta de Corfú fue, digamos, la menos mala. Así que tomamos el Ferry Argumenitsa-Corfú (Keekira) a las 12:15 con llegada a las 13:45. Como en Argumenitsa tampoco nos era posible dejar el coche, lo pasamos a Corfú y allí devolvemos nuestro coche griego. Nos vamos en bus al centro de Kerkira y comemos. Ciudad con mucho tráfico, gente, motos, todo revuelto que me ha recordado a alguna ciudad del sur de Italia. Después de comer nos vamos a pasar la tarde a la playa de Farilaki, en el centro de la ciudad, junto a la fortaleza, y encontramos de casualidad una calita casi para nosotros solos. Nos tomamos un café antes de ir hasta el puerto de nuevo para coger un ferry a las 20:30 de Kerkira a Sarandë y pasar a Albania. De nuevo hora española. Ahora vienen las tareas a hacer, comprar una tarjeta SIM para tener internet y recoger el coche de alquiler. La ciudad está de fiestas y es un auténtico caos de coches, gentes, y a eso le añadimos que nuestro alojamiento está innacesible...en fin, una desesperación conducir y llegar por fin a dormir. 

DIA 7: 

Amanece muy temprano en Sarandë, y nos ponemos en pie también muy temprano nosotros. Después del día de hoy, hemos entendido por qué los griegos no dejan pasar sus coches a Albania. Un auténtico caos conducir en este país. Estrés continuo, con carreteras llenas de curvas, de un sólo carril y por supuesto con coches adelantando en línea continua constantemente. Definitivamente, si no te gusta conducir o te estresa, incluso si tu no eres el conductor, este país no es para ti. Por cierto, les deben encantar los Mercedes porque hay muchos. Nuestra primera parada del día, el Blue Eye. Dejamos el coche en el parking habilitado y vamos caminando unos 2km hasta el Syri Kalter, que es donde mana el agua de color azul transparente. Con este calor ya tan temprano, dan ganas de bañarse. Seguimos camino de Gjirokastër, con un centro empedrado y en cuesta muy bonito, pero aparcar se nos complica y después de meternos en pleno centro sin querer con el coche, con calles empedradas en cuesta, estrechas y coches que suben y bajan, acabamos agotados y decidimos continuar camino hasta Berat, la ciudad de las ventanas. Allí comemos, casi diría que en una casa particular ensalada albanesa (igual que la griega) y queso frito, y desde el puente del rio observamos su bonito centro histórico del barrio de Mangalem. Continuamos carretera, con el mismo desorden de tráfico, pero además más intenso a medida que nos acercamos a Tirana. Llegamos a la capital sobre las 18:30. Nos hemos cogido un hotel con piscina y spa en Tirana, pues la verdad es que están muy baratos y hoy diría que nos viene perfecto haber pasado una hora en la piscina-spa, para relajarnos del estrés de conducir todo el día por Albania. Al final de la tarde, nos cogemos un taxi (ya no queremos conducir más y menos por el caos del centro) hasta el centro de la ciudad, la plaza Sheshi Skënderberj. Muy ambientada por la noche, damos un corto paseo y cenamos en uno de sus muchos restaurantes. Eso sí, menos mal que hemos mirado la cuenta y hemos preguntado qué era cada cosa porque nos habían colado 10 € de más. 

DIA 8: 

Último día de viaje y de visitas por Albania, concretamente en Tirana. Después del desayuno, vamos en taxi al centro, a la plaza, de estilo muy comunista y construyendo edificios nuevos aunque sin ningún orden. Entramos a visitar el BunkArt 2, búnker de la era comunista de Albania, y después de ir hasta el castillo, convertido su interior en tiendas y restaurantes, entramos en la mezquita de la plaza. Antes de volver al hotel a por el coche, comemos junto al castillo. Tirana, no da para mucho más. Vuelta al aeropuerto, dejamos el coche de alquiler, y avión a las 17:10, con llegada a Madrid a las 20:00.