sábado, 1 de septiembre de 2018

SRI LANKA EN 14 DÍAS

Día 1 y 2. 10.08.18 y 11.09.18 (Madrid - Estambul - Male - Colombo - Mihintale)

Comenzamos el viaje en la T1 del aeropuerto de Madrid a las 16:00. Facturamos nuestras maletas hasta Sri Lanka y a las 18:15 h despegamos en el A330 de la Turkish Airlines rumbo a Estambul a donde llegamos a las 23:30 hora local (1 más que en España) al aeropuerto de Ataturk. Cambio de avión, otro A330 y poco más de 2 horas para nuestro siguiente despegue esta vez en un vuelo de más de 7 horas hasta Male, en las Islas Maldivas. Atravesamos Turquía, Irán y la península arábica para dejar paso al Océano Índico hasta ya de día ver desde el aire las aguas azules de las islas Maldivas. Como parada técnica, aterrizamos en Male, abandonan el avión todos los que se quedan en las islas, que son la gran mayoría, y el resto despegamos a las 14:00 hora local (3 horas más que en España) rumbo a nuestro destino final en Sri Lanka, su capital Colombo (3,5 horas de diferencia horaria respecto a Madrid). Por si habíamos tenido poco viaje, a la llegada al aeropuerto de Colombo a las 15:30 y tras rellenar el visado, pasar la aduana, y conocer a nuestro conductor y acompañante de viaje Rohan, partimos en nuestra súper van hacia nuestro primer destino para alojarnos, Mihintale. 5 horas de viaje con paradas varias, una para comprar la tarjeta sim, otra para comprar "los hoppers", panes de arroz y otra para visitar al "hermano, tío, primos", (no nos queda muy claro) de Rohan que nos invitan a té con pastas y hoppers. Llegamos por fin a nuestro alojamiento en Mihintale y a la llegada nos reciben con muchísima amabilidad con toallitas mojadas. Ducha y a dormir con mosquitera!

Día 3. 12.08.18 (Anuradhapura - Mihintale)


Desayuno en el alojamiento a base de tostadas, panes de arroz, tortillas, todo al estilo ceilandés, fruta, y té. Después de echarnos relec y crema solar, ya estamos listos para empezar nuestro verdadero viaje por Sri Lanka. A apenas 15 km, nos espera la ciudad sagrada y la que un día fue capital de Ceilán, Anuradhapura. Tickets por 25 $/pex para visitar durante la mañana los distintos templos que conforman la ciudad. Empezamos por el museo y la Dagoba de Jethawanaramaya, después el resto, Mirisawetiya, Sri Maha Bodhiya, con el árbol de 2.000 años de antigüedad y con gran cantidad de lugareños hoy rezando en el lugar debido a la festividad celebrada durante este fin de semana y que gracias a ello lo hemos podido ver en su máximo esplendor, muy adornado y florido. De ahí al Ruwanweliseya Dagoba, Lowamahapaya, Twin Pond, Thuparamaya,  Moonstone, Lankaramaya, Samadhi Buddha Statue, Abayagiriya y terminando Isurumuniya desde el cual se obtienen unas vistas magníficas de gran parte del lugar visitado durante toda la mañana, todo ello por supuesto descanzándonos en cada entrada a lugar sagrado y moviéndonos de uno a otro sitio con nuestra van y siempre acompañados también de los monos que abundan en el lugar. Desde ahí a comer ya tarde a las 15:30 un buffet en un hotel al que nos lleva Rohan, donde a decir verdad no es que hayamos comido mucho, pues la comida no nos inspiraba demasiada confianza, y después de comer, por la tarde vamos a Mihintale para subir los escalones, sólo los últimos pues el conductor nos ha subido en coche el primer tramo. Desde lo alto del templo, esperamos a la puesta de sol que debido a las nubes no nos es posible disfrutar en toda su esencia. Terminamos el día cenando a base de pollo y verdura en gran variedad al estilo ceilandés en nuestro alojamiento Rich Resort de Mihintale muy recomendable y con gran amabilidad del anfitrión. 






Día 4. 13.08.18 (Mihintale - Avukana - Polonnaruwa - Dambulla)


Amanecemos a las 7:00 y tras el magnífico desayuno en el Rich Resort ponemos rumbo a Avukana Ancient Rock Temple, que alberga el Buda más grande de pie. Desde aquí nos dirigimos al conjunto histórico patrimonio de la Humanidad por la Unesco, Polonnaruwa, que durante los siglos X al XII fue también capital de Ceilán. En mitad del camino, paramos para ver un caimán. A la llegada compramos los tickets, de nuevo 25$/pex, y comenzamos nuestra visita que nos lleva todo el día. Primero visitamos el museo donde nos hacemos una idea de lo que fue en su época de esplendor, su posterior abandono donde quedaron todos los templos cubiertos de vegetación y su reconstrucción final tal y como lo vemos hoy día. Recorremos todos los lugares a visitar yendo de uno a otro en nuestra van, aunque también vemos que hay turistas que lo hacen en bici, sin embargo con el calor y sol que hace hoy, no nos parece en este caso la mejor idea. Después del museo, vamos al Island Park con la figura del león. Seguimos por Palacio Real, Kumara Pokuna que es la piscina con bocas de cocodrilo y la Ciudadela. Avanzamos en nuestra visita por el Cuadrángulo hasta llegar a la Dagoba Ran Kot Vemara. En esta Dagoba hemos visto además de un accidente entre moto y coche, también cómo funciona la seguridad en el trabajo de Sri Lanka. Varios hombres rezando a pie de Dagoba antes de subir hasta lo más alto, por supuesto sin arnés o sujeción alguna, por unas escaleras de bambú construidas manualmente apoyada una pata a una piedra y la otra sobre el suelo. Todo ello para adornar con iluminación la Dagoba para su cercana festividad. En el tramo al último templo de la visita, vemos dos bambis y por supuesto cientos de monos nos han rodeado durante todo el día. Terminamos con Gal Vimara con 4 Budas grandes en su explanada, el Nelum Pokuna y el Tivanka Image House, templo con paredes pintadas que a pesar de estar ya cerrado cuando llegamos, nos lo abren amablemente para su visita. Tanto nos ha dado de sí la visita a Ponnolaruwa que no nos ha dado tiempo a comer apenas unos crepes que encima nos ha comprado nuestro conductor y unos cocos junto a la Dagoba. A media tarde ponemos rumbo a nuestro próximo destino. De camino al hotel en Dambulla se nos cruza de repente un elefante en mitad de la carretera! Paramos a cenar en Sigiriya comida asiática en el restaurante Anna y continuamos camino hasta Dambulla. En esta parte del trayecto, nuestro conductor decide coger un atajo y damos con una carretera muy estrecha y con unas obras que hacen que ésta esté cortada en un tramo que tenemos que atravesar con gran dificultad patinando las ruedas traseras sobre un barrizal. Llegamos a nuestro alojamiento ya para dormir. 





Día 5. 14.08.18 (Sigiriya - Pidurangala - Dambulla)


Nos levantamos y tras un desayuno en la casa normalito, y es que ya nos habíamos acostumbrado mal en el Rich Resort, retrocedemos hasta Sirigiya donde está la piedra que es uno de los símbolos de Sri Lanka y Patrimonio de la Humanidad. Siguiendo el precio medio de las entradas para extranjeros aquí, la de Sirigiya asciende a 30 €. La cantidad de turistas parece que se ha multiplicado considerablemente así que tras hacer una larga cola para comprar los tickets, y atravesar los Water Gardens iniciamos el ascenso pasando por el Mirror Wall y el Lion's Paw hasta un total de 1.230 escalones después, llegar a la cima y divisar desde arriba unas maravillosas vistas verdes con las montañas de fondo. Pero si verdaderamente se quieren ver unas buenas vistas, incluida la de la propia roca se debe ir a Pidurangala Cave and Rock Temple. Así hemos hecho nosotros. Se trata de una roca más pequeña pero también con muchísimos menos turistas y una subida con algo más de dificultad pero desde donde la contemplación de las vistas merece realmente la pena. Bajamos ya tarde, y vamos a comer a las 15:30 a un restaurante-disco que nos lleva nuestro conductor y que está cerrado pero lo abren para nosotros. A pesar de que pedimos platos variados, a todos nos traen el mismo condimento un poco picante de arroz o noodles. Por la tarde nos vamos hasta el Rock Temple de Dambulla que conforman las 5 cuevas en la roca con los templos budistas. Bajamos por el hortera Golden Buda comprando unos mangos troceados. Para cenar vamos al Heritage resort que tenía pinta de ser de la antigua colonia británica pero al que no acude ningún cliente más y acabamos estando solos. 





Día 6. 15.08.18 (Dambulla - Kandy)


Amanece lloviendo en Dambulla y así sigue todo nuestro viaje hasta Kandy. En el camino paramos en una casa cuya familia se dedica a trabajar la escultura de madera y acabamos comprándoles algunas figuras. A la llegada a Kandy subimos primero al Templo Budista Bahirawakanda donde a pesar de no entrar, pues parece que no merece demasiado la pena, se ven unas bonitas vistas de la ciudad. A la bajada, Rohan nos deja junto al Templo del Diente de Buda, llamado Sri Dalada Maligawa, y justo tras comprar las entradas, cubrirnos y quitarnos los zapatos, empieza a caer el diluvio. Lo bueno es que nos coge visitando el templo, y extendemos la visita recorriendo la planta de abajo, la de arriba, donde están rezando junto a la reliquia del diente, y el museo, hasta que amaina la lluvia. A la salida vamos a comer y tomar el té al Hotel Queens, justo en el centro de la ciudad, donde se alojó la reina de Inglaterra en su paso por la isla, aunque nos da la sensación que también venido ya bastante a menos. A las 16:30 vamos a ver el espectáculo de bailarines típicos al Kandyan Art Association & Cultural Centre. Ya desde la calle son varias las personas que intentan captarte y acompañarte hasta la entrada para llevarse su respectiva comisión. Llegamos con media hora de antelación porque se llena de turistas y la elección del sitio es en función de la llegada. 1 hora de bailes tradicionales que culminan con el público en el escenario viendo andar sobre fuego y haciéndose fotos con los artistas. A la salida damos una vuelta por la calle principal, vemos el templo y el lago iluminado e incluso un elefante al que están dando de comer. Tienen ya preparada la ciudad para dar comienzo mañana a su festividad más importante, el Perahara. La ciudad parece un poco caos más acrecentado aún con lluvia como hoy, así que no nos importa nada que nuestro hotel esté a las afueras y podamos descansar más tranquilamente. El hotel es el del hermano de nuestro conductor, de ahí que lo hubiéramos escogido y está casi recién estrenado junto al río. Aprovechamos para cenar en él antes de irnos a dormir. 





Día 7. 16.08.18 (Kandy - Nuwara Eliya)


Amanece lloviendo y con nuestra habitación junto al río vemos también algunas aves. Tras desayunar en el hotel ponemos rumbo a Nuwara Eliya. Aunque habíamos pensado hacer este trayecto también en tren, finalmente desistimos porque nos parecen demasiadas horas y diluvia. De camino a Nuwara Eliya paramos primero en un mirador a ver el paisaje de campos de té, los lagos y las cascadas. Apenas unos km delante hacemos la siguiente parada en la Ramboda Fall a la que se accede bajando una empinada cuesta, pasando por la entrada del hotel y cogiendo su ascensor para bajar y, tras pasar por el comedor del mismo en unos 300 metros en los que nos ha caído el diluvio, llegar al lado de la cascada. Después continuamos camino viendo a través de él a las mujeres portadoras de la recolección del tren bajo el diluvio y nuestra segunda parada es en el Blue Fields Tee. Aquí nos hacen una visita guiada de unos 15 minutos a través de la fábrica explicándonos el proceso de producción y los diferentes tipos de té. Al final de la visita, nos invitan a probar el té y por supuesto acabamos comprando en su tienda. Desde aquí directamente a Nuwara Eliya a comer en el restaurante indio Indiansummer, comida la cual alargamos porque sigue diluviando. Después de comer vamos hasta el Bale Bazar, donde debido al frio que hace acabamos comprándonos ropa de montaña de imitación y algunas telas. Compramos también la cena en un supermercado y tras alojarnos, cenamos en la habitación. 






Día 8. 17.08.18 (Nuwara Eliya - Ella)


Amanece lloviendo igual que lo ha hecho durante toda la noche. Madrugamos desayunando a las 6:30 con la intención de llegar pronto a la estación de tren de Nanuoya y poder comprar los mejores asientos, aunque habiendo leído ya algunos foros y habiendo intentado sin éxito reservarlos previamente por internet, no teníamos demasiadas esperanzas de encontrar sitio en la 1° clase. Nuestro conductor nos acerca hasta la estación de Nanuoya, a unos 15 min de Nuwara Eliya, donde se coge el tren a Ella, y a nuestra llegada sólo hay una pareja mayor de australianos esperando a que abran las taquillas. Parece que el tren pasará a las 9:18. Las taquillas las abren a las 8:30 y efectivamente sólo quedan billetes de 3°clase cuyo ticket por cierto nadie nos llega a pedir en ningún momento. Poco a poco se va llenando de turistas la estación y es entonces cuando somos conscientes que no ha servido de mucho madrugar, pues cuando el tren llega más o menos puntual a la estación, prevalece la ley del más rápido o avispado para meterse en cualquier vagón y coger sitio. La mayoría vienen ya ocupados por gente local así que los turistas nos quedamos de pie en los pasillos y viajamos literalmente como sardinas en lata. Durante el trayecto algunos lugareños se bajan del tren en paradas intermedias y es el momento de ir cogiendo asiento hasta Ella. También nos vamos enterando que nuestro tren es el rojo, que es el corto al parecer y es el azul el que va más despejado al ser más largo. Igualmente también es reseñable el precio del tren, 60 rupias. Llegamos a las 13:15 a la estación de Ella, ahí a la salida sí nos piden el ticket, y tras alojarnos en nuestro hotel, vamos directamente a comer a la calle principal. Ella parece haberse en un pueblo pequeño cada vez más lleno de turistas e internacionalizado. Después de comer en el restaurante Chill subimos al Little Adam's Peak. Unas 2 horas entre subida y bajada con buenas vistas en la parte de arriba pero también muca gente en el camino. A la bajada, paseamos un poco por su calle principal y las tiendas de souvenirs y tras una ducha en el hotel vamos a cenar de nuevo a la calle principal esta vez al restaurante Dreams y tomar un cóctel en la planta de arriba de nuevo en el Chill, en el que hay que descalzarse al entrar. Estando tomándonos el cóctel una vez más se nos va la luz varias veces, algo habitual en este país por lo que ya hemos venido viendo en los días previos que llevamos de viaje. Da la sensación que el pueblo de Ella avanza a pasos agigantados hacia el gusto musical y de vida de ocio del mundo desarrollado.







Día 9. 18.08.18 (Ella - Udawalawe)


Dejamos el hotel haciendo el check out pero no así el pueblo de Ella. Dedicamos la mañana a hacer la ruta de Ella Rock. Sendero que transcurre durante dos km sobre las vías del tren, también campos de té y una pendiente elevada en su parte final hasta un total de 300 m de desnivel. Apenas dos horas de subida y en la cima un zumo de lima y demasiada gente para lo que esperábamos, pero las vistas también muy interesantes. Tampoco podían faltar en la cima los 4 ó 5 perros de rigor todos del mismo aspecto que parece que nos vienen acompañando desde el inicio del viaje. A la bajada tenemos la suerte de ver pasar el tren justo cuando llegamos a la zona de las vías. Comemos en el restaurante Heritage, junto a nuestro hotel. No nos queremos ir de Ella dejando algo de lo imprescindible sin ver, así que después de comer nos acercamos hasta el Nine Arch Bridge, a unos 30 min caminando, aunque por supuesto siempre se puede hacer también en tuc tuc, y tal vez la imagen más famosa de Ella con el puente de los arcos sosteniendo las vías del tren. Como el tren nunca se sabe a qué hora puede pasar, aunque la previsión es que lo haga a las 16:30, y para ello sólo queda media hora, no esperamos a su paso, pues hemos quedado con nuestro conductor y tenemos que poner rumbo a nuestro siguiente destino en Udawalawe. Unas 2 horas de viaje, llegada a media tarde a Udawalawe, check in, ducha y cena casera y ceilandesa en el hotel de esta noche el Private Organic House que son cabañas. 



Día 10. 19.08.18 (Udawalawe - Tangalle)


Suena el despertador muy temprano pues hemos quedado para el inicio del safari en el Parque Nacional de Udawalawe a las 05:30. La excursión la hemos contratado directamente con el alojamiento ya que, aunque desconocemos si es o no más barato, más largo, más garantizado ver más o menos animales, desde luego lo que sí es, es más cómodo. Aún de noche salimos ya con nuestro jeep de safari hasta la entrada al parque que está a unos 15 minutos. Esperamos dentro del jeep a que nuestro conductor compre los tickets y avancemos en la cola de entrada. Una vez dentro ya cada jeep se mueve libremente por los caminos y se van informando entre conductores a la que se encuentran, si han visto o no y dónde animales. Al principio apenas vemos pavos reales, diferentes pájaros de colores, bambis y una manada pequeña de elefantes, pero tras la parada a desayunar, llegamos a un lago donde hay cocodrilos, pelícanos y de pronto llega una gran manada de elefantes también. Terminamos el safari a las 11:00 y tras llegar al alojamiento y recoger las maletas, ponemos rumbo a nuestra siguiente parada, la playa de Sri Lanka. Paramos en el camino a comprarnos para comer unas mazorcas y llegamos sobre las tres al hotel a las afueras de Tangalle, en la Playa de Morakatiyara. La tarde la pasamos en el hotel con acceso directo a la playa que en cuanto salimos a dar un paseo vemos que es prácticamente sola para nosotros. Playa de fuerte oleaje, con barcas de pescadores y preciosas vistas de arena y palmeras. Cenamos en el hotel también.




Día 11. 20.08.18 (Tangalle)


No suena nuestro despertador a ninguna hora en el día de hoy, ¡qué gusto! Y es que tenemos todo lo que buscamos a apenas 100 m de nuestra habitación; una playa, la de Morakatiyara, llena de palmeras, agua de perfecta temperatura, sol y todo ello prácticamente sólo para nosotros. El hotel, confirmado está abierto sólo para nosotros también. Tras haber dormido teniendo de ruido de fondo las olas del mar y desayunar en la terraza, nuestro plan de la mañana se resume en disfrutar de lo que tenemos delante, entre paseo, baño, hamaca y aperitivo de cerveza Lion antes de comer, no se puede pedir mucho más. Comemos también en el hotel, todo a nuestra disposición y seguimos el mismo ritmo de relajación absoluta por la tarde. Para cenar sí salimos hoy a Tangalle. Encontramos en internet una buena recomendación del restaurante Mango Shade que, aunque no es de los que está en primera línea de playa, sí ofrece un buen pescado a la brasa. Después sí nos tomamos una copa en uno de loa chiringuitos a pie de playa.

Día 12. 21.08.18 (Tangalle - Mirisa)


Nos despedimos después del desayuno de nuestro hotel Isana Beach Resort. Lo de "nuestro" nunca mejor dicho pues lo hemos tenido para nosotros solos con todo el personal a nuestra disposición. Último vistazo a la playa y rumbo a la siguiente, la de Weligama. Llegamos a nuestro super hotel de lujo, el Weligama Bay Resort, una buena despedida a nuestro paso por Sri Lanka. De nuevo en el día de hoy tenemos todo lo que necesitamos a nuestra mano. Una habitación de lujo, una piscina con vistas al mar, hamacas, comida y cena con vistas al mar, y acceso directo a la playa. Ahí pasamos también toda la tarde-noche cenando también en el hotel con las olas del mar de fondo.

Día 13. 22.08.18 (Weligama - Galle - Colombo)


Tras desayunar y a pesar de hacer el check out a las 12:00 pasamos toda la mañana comida incluida y hasta las 16:00 en la playa y piscina del hotel. A esa hora nos recoge Rohan y vamos a apenas 5 minutos en coche hasta el centro del pueblo de Weligama, allí compramos algunos Sarongs que son las faldas de telas de colores que llevan los hombres pero que compramos más con la intención de manteles o lo que se nos ocurra. De camino a Galle, paramos también en la playa de Unawatuna, sólo para ver una de las playas más famosas de Sri Lanka, aunque sin duda se ve que ésta es mucho más guiri y explotada. Continuamos hasta la ciudad de Galle. Allí, dentro de su zona fortificada, vemos cientos de personas con muchas cometas, y es que se celebra hoy el año nuevo musulmán y es en esta ciudad donde de concentran una de las mayores comunidades musulmanas del país. Vemos desde la fortaleza el atardecer y a un chico hacer saltos al mar desde lo alto de la misma. Paseamos y cenamos en Galle antes de poner rumbo al aeropuerto de Colombo a unas 2 horas. Cuando llegamos ya son la 1 de la mañana y nos esperan largas colas para hacer el check in, y pasar el control antes de coger el avión con destino Doha a las 4:00 h. 

Día 14. 23.08.18 (Colombo - Doha - Madrid)


5 horas de vuelo desde Colombo hasta Doha con la compañía Qatar Airways en un Boing B777. 2 horas de tránsito en el moderno aeropuerto de Qatar y a las 9:00 hora local (1h más que en España), rumbo a Madrid a donde llegamos puntuales a las 15:15 h tras 7 horas y media de vuelo.