Sábado
Salimos de Madrid tempranito, a eso de las 7:30 de la mañana y ponemos rumbo no a Valladolid sino a Peñafiel a donde llegamos a penas 2 horas después. En su famoso castillo cogemos una entrada conjunta por menos de 10 € de visita al museo + visita al Castillo + Cata de 4 vinos. Por el precio merece mucho la pena hacer este recorrido, ya que al ser ésta tierra de vinos, se centran mucho tanto en el museo como en la cata en explicarte todo lo relacionado con el mundo del vino en la zona y por supuesto el castillo es de merecida visita a todo paso por tierras vallisoletanas. Desde Peñafiel nos vamos recomendados a comer pinchos de lechazo al Mesón Carlos en el pueblo de Traspineda. A la salida y posterior a un pequeño paseo por el pequeño pueblo para rebajar la comida, nos vamos a visitar la bodega de Arzuaga en el pueblo de Quintanilla de Onésimo junto a la carretera de camino a Valladolid. Bodegas por esta zona hay muchas, muchísimas diría yo, pero quizás eligiendo 1 ó 2 te puedes hacer bien a la idea en lo que pueden consistir todas. En Arzuaga visitamos la bodega y por supuesto al final, incluye la cata de vino. Al término de la visita, nos dirigimos a Valladolid para alojarnos lo primero en el hotel y después directamente salir a tomar pinchos en una cena de bar en bar, caña-pincho-caña-pincho. Me ha sorprendido sin duda Valladolid por su ambiente nocturno y la gran cantidad de lugares para tomar pinchos muy ricos y variados. Uno de los más famosos es sin duda Los Zagales con dos de los más premiados pinchos de la ciudad "el Tigrestostón" y "Obama en la casa blanca".
Domingo
Nos levantamos en Valladolid con una temperatura ideal para hacer turismo. Nos vamos lo primero a la Plaza Mayor que apenas podemos verla pues nos encontramos con un mercadillo medieval que ocupa toda la plaza y las calles colindantes. Así que nos dedicamos a visitar La Catedral, así como la Iglesia de San Pablo y La Antigua, que es sin duda uno de los símbolos de Valladolid. Paseamos también por la rivera del río Pisuerga y terminamos en la Plaza de Poniente. Comemos, dándonos otro homenaje de comida, hoy en el restaurante con estrella Michelín, Trigo, que sin duda bien merece la pena. Ya después, dedicamos la tarde a pasear por el parque Campo Grande con la vista de la Academia de Caballería de fondo. A última hora de la tarde ponemos rumbo de nuevo a Madrid.