DÍA I
Salimos del aeropuerto de Madrid con destino a Dublin desde la T1 y con ryanair a las 20:30. Con una hora menos en Irlanda, llegamos a las 22:00 hora local y recogemos nuestro coche de alquiler en el aeropuerto. Desde aquí nos desplazamos hasta nuestro alojamiento en pleno centro de Dublin, un B&B (Anchor House Dublin B&B)
DÍA II
Madrugamos, pues aquí amanece temprano y además tenemos un camino largo por delante hasta la ciudad de Galway a unas 2,5 horas por la M4-M6. Aunque ya anoche habíamos experimentado conducir por la izquierda, el camino de hoy era más largo y auténtico y es cuando realmente hemos empezado a poner a prueba nuestras habilidades. En realidad es una situación más rara que difícil ya que es cuestión ante todo de calcular las distancias con los arcenes y el cambio de marchas con la mano izquierda. Hemos llegado a Galway y hemos paseado por el centro por la calle peatonal. Desde Galway por la carretera que llaman la Wild Atlantic Way hemos parado a ver desde fuera el castillo de Kinvara junto al mar rompiendo las olas contra él. Así hemos continuado por una carretera muy estrecha hasta que hemos llegado casi 1 hora después desde Galway, a los Acantilados de Moher (Moher cliffs). No se paga entrada como tal pero sí una ticket para dejar el coche que por otro lado no te queda más remedio que dejarlo. Como se nos había hecho algo tarde y seguíamos aún sin comer, hemos parado en el pueblo Lahinch y desde ahí directamente 1 hora de viaje hasta Adare, uno de los pueblos más bonitos de Irlanda junto a Limerick. Continuando por la M7 2,5 horas después hemos regresado a Dublín. Hemos cenado y tomado por supuesto Guinnness en el famoso The Temple Bar con ambientada música en directo.
DÍA III
Hoy nos quedamos visitando Dublín, y para eso optamos por unirnos al Sandeman que empieza a las 11 en el City Hall. En tres horas nos cuenta la historia de Irlanda, y recorremos el ayuntamiento, el castillo, la catedral vieja, la zona de The Temple Bar, el Trinnity College, Moly Malone, etc. Desde ahí vamos directamente a comer a uno de los sitios que nos ha recomendado el guía, en este caso elegimos el que está en frente de The Temble Bar, que es famoso por las mejores hamburguesas de Dublín y por su carta de menú a modo de tarjeta de presentación y se llama Bunsen. En la calle O'Connells cogemos el tranvía de la línea roja hasta la parada de James para visitar la Guinness Storehouse, un pelín decepcionante para mi gusto pues en realidad no ves nada de la fábrica y simplemente te van contando el proceso de fabricación con murales. Lo mejor de la visita, el final donde en la última planta a modo de cristalera y con vistas de la ciudad te tomas la pinta de Guinness que incluye la entrada. Como unas 2 horas de visita y volvemos al hotel a descansar un rato antes de salir a cenar. Hoy hemos elegido el Celt Bar muy auténtico y recomendable pub no sólo irlandés sino con más irlandeses que guiris...Aquí probamos otra de las conocidas cervezas de la ciudad la afrutada conocida como 13.
DÍA IV
De nuevo madrugamos hoy un poco para coger el coche y poner rumbo al norte de la isla, concretamente a Irlanda del Norte, es decir, otro país, Reino Unido. En 3 horas de viaje ya con las indicaciones de la carretera en millas y el pago de la gasolina en libras, llegamos a La Calzada del Gigante, como el parking del centro donde se compran las entradas y se empiza la visita está lleno, no nos queda más remedio que volver al pueblo y aparcar allí en un parking habilitado para ello desde donde te recoge un autobús y en 5 minutos estás en la entrada. Compramos la entrada y hacemos la visita durante unas 2 horas de un lugar precioso, entre el típico paisaje irlandés verde con acantilados y olas del mar rompiendo sobre ellos y piedras realmente curiosas que aparecen allí de la nada. Todo ello bajo una nube, la irlandesa que vimos a la llegada al país y que aún no se ha ido, que hace del lugar aún más auténtico. Quizás merecía incluso el sitio algo más de tiempo que con ser una visita de un día no daba para más en nuestro caso. Seguimos desde allí por la carretera de la costa norte y a unos 10 minutos nos encontramos con el Castillo de Dunlunce, digno de ver aunque sea solo por fuera y allí mismo antes de que se nos haga más tarde comemos en el único sitio que hay donde además hacen unas tartas caseras estupendas. Para terminar el día aún nos queda bajar hasta Belfast en una hora de coche. En Belfast ya damos con la oficina de turismo cerrándose, sin embargo, el hombre que está en la puerta nos atiende muy amablemente y nos provee de mapa y una agencia que hace los famosos Political Taxi Tours. Llamamos y en 5 minutos nos recoge nuestro taxi en frente del ayuntamiento. El taxista nos lleva primero a la zona pro irlandesa, allí nos muestra los murales de esta parte, y la iglesia y nos cuenta abiertamente y sin ningún tapujo sus sentimientos y después nos pasa a la zona pro británica a través de uno de los pasos del muro. Éste cuenta con tres pasos, 2 de ellos quedan cerrados a las 7 de la tarde y el tercero, por el que finalmente tenemos que pasar nosotros pues es ya más tarde, a las 11 de la noche quedando de ets manera los dos lados separados y sólo unidos por el centro de la ciudad con acceso desde ambos lados y declarada zona neutral. En el lado británico vemos también los murales. El taxi nos deja aproximadamente 1 hora después de nuevo en el ayuntamiento, damos una vuelta por el centro y cogemos de nuevo nuestro coche para volver en 2,5 horas a Dublín.
DÍA V
De nuevo hoy nos quedamos por los alrededores de Dublín. La primera visita de la mañana la hacemos al Castillo de Malahide, en la zona norte de la ciudad a unos 20 minutos, con unos jardines realmente bonitos y una visita que merece la pena realizar. Desde ahí nos vamos al pueblo pesquero de Howth y damos un paseo para no sólo volver a Dublín sino atravesar toda la ciudad e irnos hasta el sur de Dublín, concretamente al pueblo de Glencullen para comer en uno de los pubs más antiguos, auténticos y tradicionales de Irlanda, el Johnny fox´s con música en directo y aunque está quizás un pelín lejos del centro para luego coger el coche, merece la pena. A la vuelta a Dublín, lo que queda de tarde que no es mucho pues hemos terminado de comer tarde, paseamos de nuevo por el centro, hacemos algunas compras y acabamos cenando en la planta de arriba con música en directo en el Bad Ass en la zona del The Temple Bar para después bajar a la planta de abajo y quedarnos tomando una Guinness con ambientazo de pub irlandés. Tarde ya, a la vuelta al hotel, hacemos las maletas pues mañana nuestro vuelo de Ryanair sale a las 6:30 de la mañana.