martes, 16 de junio de 2015

EL PIRINEO ARAGONÉS EN MAYO EN 3 DÍAS

DÍA 1:


Partimos de nuestro epicentro de alojamiento situado esta vez en el magnífico pueblo de Sallent de Gállego hacia el pueblo de la Estación de Canfranc en el otro valle, el del puerto de Somport. Lleve mucho y a pesar de ser ya mediados de mayo, hace mucho frío, rozando los 0 grados. A la llegada a Canfranc nos dirigimos a la oficina de turismo y allí compramos por 3 € las entradas para hacer una visita guiada de unos 45 minutos a la estación de Canfranc. A pesar de que durante la visita sólo nos enseñan el pasadizo subterráneo de viajeros, el vestíbulo principal y una breve vuelta por las vías de la zona francesa, tras la visita, llego a la conclusión que la misma realmente sí merece la pena. Una visita basada en la historia de los motivos de la construcción de una estación tan grande para un pueblo tan pequeño, del paso de los nazis a España durante la II G.M por dicha estación compartida con los franceses, así como los motivos por los que ésta dejó de funcionar y finalmente los intentos o intereses futuros que hay por recuperarla. Desde Canfranc nos dirigimos a Jaca, a donde llegamos ya a la hora de comer, y tras la comida, visitamos la ciudadella de Jaca con 1 hora de visita. Al salir, visitamos la catedral y después cogemos de nuevo el coche para dirigirnos hasta el Monasterio de San Juan de la Peña a pocos km de Jaca pero cuya subida te lleva unos 30 minutos. Conseguimos llegar a la última visita guiada a las 18:00 y durante 1 hora conocemos la historia de este monasterio construido sobre una roca. A la bajada damos una vuelta por el pueblo de Sta Cruz de la Serós y de vuelta a Sallent para llegar a cenar sobre las 22:00 de un viernes. A estas horas de un fin de semana de mayo, ya nos indican en los 3 ó 4 sitios que hay abiertos (del resto nos dicen que aprovechan esta temporada para irse de vacaciones), que es un poco tarde y finalmente acabamos cenando unas tostas que nos preparan en un bar casi por pena…




DÍA 2:


Primera jornada de ruta de montaña por la GR11. Nos dirigimos hasta la estación de esquí de Formigal, bueno más bien hasta el aparcamiento de la zona de Anayet. Allí, nos preparamos mochila, ropa de abrigo, botas, etc para dar comienzo por un camino asfaltado a 1.735 m que te lleva hasta el bar de Anayet abierto durante la temporada de esquí, cerrado ya en estas fechas. A partir de ahí, sendero sin pérdida  por el borde de las pistas de esquí hasta el barranco de Cubillas. Tranquilamente disfrutamos del sol y charlando, subimos una pendiente continuada hasta alcanzar los ibones de Anayet a 2.240 m. Todavía congelado, y a partir de este punto, debemos ponernos los crampones y piolets para iniciar el ascenso final por la parte izquierda para evitar la subida más habitual por el lado derecho pero con más cantidad de nieve. Llegamos a la cima del vértice de Anayet desde donde se obtiene una vista impresionante de montañas nevadas a 360º tanto de España como de Francia. Destacan las vistas del pico Anayet y del Midi d´Ossau. Comemos nuestros bocatas en la cima del vértice con un viento fortísimo y después de un rato de observación iniciamos la bajada de nuevo sin prisa y disfrutando del paisaje. También de nuevo necesitamos crampones y piolets hasta el ibon y desde ahí bajada libre haciendo una parada un poco más larga casi al final del río para disfrutar del sonido del agua, de la cristalidad de la misma e incluso meter los pies en un agua muy muy fría. También hacemos una parada de fotos y buen rollo en la zona de telesillas que están ya sin funcionamiento pero que no han desmontado aún y desde luego para los que conocemos Formigal en época de esquí, qué extraño lo encontramos en estas fechas, sin casi gente, y movimiento que conlleva una estación de esquí como ésta en plena temporada. Volvemos al coche casi a las 21:00 de la tarde, y es que se agradece que los días sean tan largos en esta época del año y desde ahí aunque con cansancio vamos directamente a cenar para que no nos pase lo de ayer y por recomendación acudimos directamente al hostal Casa Jaimico en Sallent de Gállego donde nos dan realmente bien de cenar. 




DÍA 3:


Segunda jornada de ruta de montaña por la GR11. Hoy nos dirigimos hacia la zona de Panticosa. A pie del kiosko de la estación de esquí de Panticosa recogemos el piolet y los crampones por los que habíamos llamado para alquilar el día anterior en esta zona y evitar así tener que volver a Sallent a devolverlos antes de volver por la tarde de regreso a Madrid. Nuestra ruta comienza junto al Balneario de Panticosa o más bien junto al refugio Casa Piedra. Coges una ruta fácilmente identificable, sin pérdida ninguna con un fuerte desnivel inicial de piedras y de sendero estrecho, pasando casi nada más salir por un mirador. A los pocos minutos de estar subiendo, las vistas del balneario y su espacio natural ya son francamente bonitas. Después el camino continúa junto al río Calderes, donde las cascadas se asoman desde todas las caídas montañosas que te rodean durante todo el recorrido. Antes de iniciar la larga y zigzagueante subida a la Cuesta del Fraile tomamos un tramo llano junto al cauce del río donde paramos a tomar un agradable avituallamiento. Al final de la Cuesta del Fraile, llegamos al ibón de Bachimaña, más bien un embalse, donde además hay un refugio. Hacemos otra pequeña parada de avituallamiento en un día caluroso de mayo para continuar la marcha bordeando el ibón y llegar a su parte más alta y natural aunque de menor tamaño. Aquí empezamos a sortear neveros pero descartamos ponernos crampones y piolets aunque cuidando mucho mantener siempre los tres puntos de apoyo (bastón-bastón-pie) en cada avance que hacemos para evitar resbalones y caídas, lo cual no nos impide hacer un pequeño trineo improvisado en una de las bajadas nevadas sin mucho peligro. Al final de ibón de Bachimaña llegamos a la cascada de los Azules, que superamos para casi ya al final encontrarnos con el ibón Azul inferior. Aquí hacemos otra parada de avituallamiento y tras mojar los pies en un agua literalmente helada iniciamos unos 30 minutos después el retorno, el cual hacemos casi de seguido por el mismo sendero de subida para llegar a comer a Casa Piedra sobre las 4:30 de la tarde y tras un buen picnic de bocatas a los pies del Balneario de Panticosa, iniciamos el camino de vuelta a Madrid.