Ávila, es una de las ciudades que permiten ser visitadas desde Madrid en un sólo día, de ida y vuelta, por el simple hecho de que en apenas 75 minutos de coche estás en ella. A la llegada a Ávila y si no quieres pagas por aparcar ya sea en zona azul o verde, no es complicado encontrar sitio de libre pago en las afueras de la muralla y en apenas 10 minutos estás en pleno centro abulense.
Lo primero que hemos hecho a nuestra llegada a Ávila ha sido ir a la oficina de turismo, en una de las entradas de la muralla a la ciudad y desde ahí mismo puedes comprar la entrada para la subida a la muralla (5 € en 2015). Hemos recorrido en primer lugar los 1200 m de muralla de la parte norte, con subida a alguna de las torres para hacer fotos panorámicas de la ciudad. A la bajada, hemos ido a tomar el aperitivo a "La Posada de las Frutas", donde por supuesto hemos probado las famosas patatas revolconas con torreznillos de Ávila. Y antes de comer, hemos subido a la otra parte de la muralla que se puede recorrer a pie, por el otro lado, de apenas 300 m. Para comer, "Casa de Postas", frente a la muralla por la parte de fuera. En Ávila, sin duda el chuletón.
A las 16:30 h nos hemos dirigido a la entrada de La Catedral. Allí nos hemos unido a una visita guiada de unas 2 horas para conocer la ciudad (8 € en 2015). Casi 1 hora completa recorriendo la catedral, con sus explicaciones y cada uno de los detalles de la misma. A la salida, recorremos las plazas de los mercados Grande y Chico, "La Santa", iglesia, donde vivió la más famosa personalidad de la historia de Ávila, Sta. Teresa de Jesús, con su capilla y sus reliquias. También parte de su muralla por la cara sur, desde donde se divisan la paramera, la serranía y más lejos, la sierra de Gredos. Algunas casas históricas y señoriales de la ciudad y de nuevo regreso a la catedral para poner fin a la visita.
Antes de regresar de nuevo a Madrid, recogemos el coche y vamos en él hasta los "4 postes" a las afueras de Ávila, camino de Toledo, desde donde se ve una maravillosa vista de la muralla de Ávila, que si de día ya es impresionante, de noche y alumbrada, lo es todavía mucho más.