DÍA I:
Salimos a las 9:00 h de casa destino terminal 1 del aeropuerto de Madrid-Barajas. Allí entre un gran alboroto y movimiento de gente que había hoy en el aeropuerto no sé muy bien por qué, conseguimos facturar nuestras pesadas maletas, y es que parece mentira que sólo vayamos una semana y a un lugar de playa, pero éstas pesan como un muerto...Puntual el avión despega a las 15:00 h y tras 7 horas y media llegamos al aeropuerto de Punta Cana, construido a base de cabañas. Nos llevan en autobuses hasta el complejo hotelero Barceló Bávaro donde nos alojamos y ya dentro de este complejo, hasta nuestro hotel, el Barceló Bávaro Beach. Después de una gran confusión para que nos asignen una habitación, dejamos las maletas y vamos directos a cenar. Después chiringuito y disco en el hotel, aunque con un gran cansancio en el cuerpo.
DÍA II:
Por la mañana nos levantamos pronto a pesar del cansancio de ayer. Desayunamos en el buffet a eso de las 7:00 h. Después vamos a la playa, cogemos nuestras amacas y empezamos a comprobar el clima típico caribeño, en tirantes, sin pasar calor. Jugamos al volley -playa,y nos damos un baño en las preciosas aguas transparentes de la propia playa del hotel siempre por supuesto con una piña colada, caipiriña, etc en la mano, consecuencia de "resort pulserita en mano". Comemos en el restaurante italiano y por la tarde continuamos en la playa aunque aquí el sol de va pronto, momento que aprovechamos para ir hasta el mercadillo artesanal, al fondo de la playa.
DIA III:
Tras el desayuno en el buffet, vamos a la playa donde pasamos la mañana en el mismo plan que ayer, montando hoy en las llamadas bananas locas. Comemos en el Steak House y tras la comida rápido a aprovechar las horas de sol de la tarde jugando también a las cartas, leyendo, etc. Después de una buena ducha, hemos cenado en el restaurante mejicano y hemos tomado algo en el chiringuito, después jugado al billar y hemos ido a la discoteca de salsa tras un breve paso por Bávaro disco. Hoy la discoteca se notaba algo más vacía porque se celebraba la fiesta de Desalia en una playa próxima.
DÍA IV:
Hoy sin duda día playero y es que hasta incluso hemos comido pizzas sobre la arena blanca caribeña. Por la tarde hemos ido al mercadillo artesanal y tras una largo regateo para conseguir 10 pulsera y cuatro chorradas más, hemos vuelto a la habitación para darnos una buena ducha, y es que esta arena no sale tan fácil. Hemos cenado en el italiano y terminado el día en el Bávaro Disco.
DIA V:
Hoy hacíamos una de esas excursiones que te proporciona el propio hotel, Isla Saona. Tras un desayuno tempranero y después de haber dormido sólo 2 horas, nos ha recogido un autobús en el lobby y tras dos horas de viajes por carreteras dominicanas, ya se sabe, hemos llegado hasta un embarcadero donde nos han recogido unas lanchas que nos han llevado durante 40 minutos. La primera parada ha sido en una isla sin gente, con un chiringuito sólo para los que llegamos con las lanchas, unas hamacas y unas cuantas barcas de pescadores. Aquí hemos estado una media hora. Después nos hemos subido de nuevo a las lanchas y antes de llegar a Isla Saona nos hemos bañado en lo que ellos llaman piscinas naturales, en pleno mar, aguas totalmente azuladas y claras, con un vasito de ron -cola en mano y haciendo pie, todo un lujo de la naturaleza. Despuésd ya hemos llegado a Isla Saona, más bien yo diría a una parte de la isla preparada para el turismo, con un chiringuito, por supuesto hoy también teníamos todo incluido, un ambiente playero con música bachatera de fondo y unas curiosas hamacas. Hemos comido en la propia isla, una especie de buffet a base de macarrones, carne, pollo, yuca y fruta tropical, coco, papaya y piña. A media tarde hemos montado esta vez en el catamarán donde también había música, bailes y ron-cola y hemos ido hasta donde dejamos el autobús por la mañana, 2 horas de trayecto con parada intermedia en un lugar de compras. Llegada al hotel, ducha y cena en el Steak House. Muertos de sueño y cansancio después de una breve copa en el chiringuito playero, nos hemos ido a dormir.
DIA VI:
Día pos Isla Saona, aprovechando para pasear por la playa, descansar bajo el sol caribeño en la hamacas y jugar al volley. Por la tarde hemos ido de nuevo al mercadillo y después nos hemos ido a jugar al mini golf. Tras cenar esta noche en el bar junto a la discoteca del hotel hemos ido a tomar una copa bajo la luz de la luna sobre la arena de la playa.
DÍA VII:
Hoy hemos vuelto a salir del hotel para realizar la excursión de "los jeeps". Bien temprano de nuevo nos ha recogido un autobús en el lobby del hotel y desde ahí nos han llevado unos 30 minutos hasta una pueblo donde nos han alquilado los jeeps. En principio yo pensaba que un hombre sería el conductor y nosotros simplemente iríamos disfrutando del paisaje pues lo que nadie nos había contado es que el jeep lo teníamos que conducir nosotros, así que cuando nos han pedido el carné de conducir yo no entendía muy bien para qué lo quería, después simplemente me ha hecho falta que me indicaran cual era nuestro jeep para ponernos manos al volante y empezar seguro el día de más aventura de este viaje, que luego ha resultado ser divertidísimo. En excursión de unos 10 jeeps, ahí, apáñatelas como puedas, el guía va en el primero de los jeeps, y tu a seguirle como buenamente puedas. Te sacan del pueblo por una carretera principal, primer escollo, conducir en República Dominicana y después poco a poco ya te vas adentrando en caminos más propios de este tipo de transportes a una velocidad considerable, que más de una vez hemos dicho, o perdemos al guía o nos matamos por estos caminos...para ir visitando plantaciones de fruta, arroz, hasta llegar a una enorme plantación de de tabaco y después llegar hasta un poblado donde fabrican los famosos puros y ya de paso también la llamada vitamina R (Ron). Bien tarde hemos llegado a una especie de granja, en medio de la nada para comer comida casera dominicana y disfrutar parte de la tarde, en el campo con animales, viendo casas auténticas del país y en definitiva conociendo que desde luego Rep. Dominicana no son los resorts donde nos alojamos un altísimo porcentaje de turistas que llegamos hasta aquí en búsqueda de playa caribeña. Vuelta en jeep, sin bajar velocidad y eso sí sin que nadie se preocupara de si te perdías, allá tú... y de nuevo regreso al hotel para disfrutar de la última noche, cenando en el mejicano, tomando la primera copa junto a la orilla del mar, los primeros bailes en la discoteca del hotel y terminando la noche o más bien amaneciendo fuera del hotel en una discoteca llena de turistas de los distintos hoteles de Punta Cana hasta llegar directos al desayuno del día VIII.
DÍA VIII:
No hemos dormido mucho o más bien nada, pero teníamos que aprovechar el último día de hotel y playa desde primera hora. Así que casi diría que hemos dormido directamente en las hamacas del hotel. Comido y recogido maletas hasta despedirnos a media tarde del hotel camino del aeropuerto para coger el vuelo de vuelta a Madrid a las 21:00 h. Tras 7 horas, llegada.